Como hemos podido comprobar recientemente con el caso de RTVE, el nombramiento de los órganos directivos de los organismos independientes está llamado a ser un tema de actualidad en los próximos meses y años y no parece que vaya a encontrarse fácilmente un consenso sobre el mejor modo de realizarlos. Ahí va esta modesta propuesta de cómo podrían hacerse para lograr desbloquear los nombramientos y despolitizarlos en la medida de lo posible:
1.
Cinco
meses antes de que finalice el mandato del consejero o presidente del organismo
independiente, éste hace llegar al Gobierno o al ministerio competente una
comunicación informando del cese que se ha de producir y de la necesidad de dar
comienzo al procedimiento de sustitución/nombramiento del cargo.
2.
Cuatro
meses antes de que finalice el mandato del cargo que se ha de sustituir, el
Gobierno hace públicos el nombre y currículo del candidato o candidatos que
propone para sustituir al miembro cesante.
3.
Inmediatamente
después de hacerse pública la propuesta del Gobierno, el organismo
independiente hace pública una lista de candidatos que contenga tres candidatos
propuestos por cada miembro que haya que sustituir.
4.
Los
currículos de los candidatos propuestos por el Gobierno y
por el órgano independiente son enviados a una Comisión de Nombramientos (que
habría que crear), que podrá rechazarlos si considera acreditada su falta de
idoneidad.
5.
Una
vez obtenido el dictamen favorable de la Comisión de Nombramientos, los
candidatos del Gobierno serán oídos en la comisión competente del Congreso de
los Diputados y su candidatura sometida a un voto en el que será necesaria una
mayoría de tres quintos.
6.
Si
en el momento del cese del consejero o presidente salientes no se hubiera
producido la votación favorable de los candidatos propuestos por el Gobierno,
se elegirán los nuevos miembros por insaculación de entre los candidatos de la
lista propuesta por el órgano independiente.